lunes, 31 de octubre de 2011

Enamorada de la luna.


Este texto lo escribí muchos siglos atrás, quizás no tanto pero, al menos, dos años. No recuerdo la fecha exacta ni el motivo por el que me comenzó a interesar escribir sobre lobos. En el comienzo de la idea este texto no tenía continuación, acababa hasta donde llega y no había más. Eso era todo, no había pensado ni el antes ni el después y mucho menos en la vida de los personajes. Actualmente esto ha cambiado. Ahora esos personajes tienen nombre, vida, familiares y una historia que contar. Esto ha ocurrido gracias a un personaje peculiar que lleva insistiéndome dos años en que construya una gran historia a partir de este texto y antes del verano, (cansada de decirle que ya lo haría más adelante) me propuse hacerle como regalo de cumpleaños esta historia. Por desgracia su cumpleaños es en Octubre y esa historia maravillosa que le prometí aun está en construcción. Siento muchísimo que esto sea lo único que le puedo dedicar por su 16º cumpleaños, pero lo hago con todo mi cariño. Un besazo para In Love.

Septiembre, 2009 ¿?

En aquel lugar algo misterioso y peludo se movía entre los matorrales que rodeaban la explanada. Pero prefería permanecer allí tumbada, en el suelo, muerta de frío y de miedo. Intentando no moverme para no atraer a aquello que me rondaba. Fuera lo que fuera, me había llevado hasta allí mientras dormía, y ahora, no paraba de correr a mi alrededor.
La única claridad de la noche había procedido de la luna llena, pero las nubes la taparon y quedé en una oscuridad total. De repente el cielo se iluminó por rayo y sin tregua sonó un trueno ensordecedor.
Daba la sensación de que la tormenta quisiese partir el cielo… y cuando pensaba que nada podía ir peor, comenzó a llover y otro raya iluminó el cielo en respuesta a mi pensamiento.
Cuando estuve calada hasta los huesos, lo que corría a mi alrededor salió de los matorrales y se acercó a mí muy lentamente… sentí que mi corazón se aceleraba y todo mi cuerpo tiritaba tan fuerte que creí que me partiría los dientes, no estaba segura de si por frío o por miedo.  Siguió acercándose a mí y pronto pude oír su respiración agitada y sentir  su aliento tibio en mi nuca.
Yo seguía de espaldas a mi raptor cuando colocó su enorme hocico y empezó a empujar. Me estaba arrastrando pero ¿hacia dónde? Mi chándal viejo estaba cubierto de barro al igual que mi pelo, estaba descalza y empapada, me sentía sucia y con mucho miedo, me sentía morir. Aun así, hice fuerzas de flaqueza para intentar dejar de temblar e hice acopio de levantarme pero cuando por fin lo conseguí, me tambaleé y caí.
 Me costó unos segundos darme cuanta de que estaba recostada sobre el animal. Tenía un hocico grande y una dentadura temible, sus ojos reflejaban sabiduría y mucha preocupación, aquellos ojos tan profundos y azules. Tenía un largo y esbelto cuerpo totalmente cubierto por un espeso pelaje blanco que recibía la lluvia inmisericorde.
Era un lobo, eso sin duda, pero su mirada era sabia y su tamaño… era enorme, quizás el doble que un lobo común. Y su mirada…

Happy:)

1 comentario:

  1. ♥ Es genial, deberias continuarlo y hacerme una copia xDD
    Adoro los lobos, hombres lobos... *__*

    SIGUE ESCRIBIENDOOOOOO! besos

    ResponderEliminar